La pregunta que nunca se les hace a los presos: ¿qué libros lees?
El investigador de cultura Dr. Konstantin Mierau habla con presos chilenos sobre literatura; les pregunta sobre los libros que leen, con qué personajes se identifican y qué impacto tiene la literatura sobre ellos. De esta forma, investiga cómo la literatura puede ser una forma de acercarse a los presos y cómo puede ayudarles en su reinserción a la sociedad: “Les planteo preguntas que nadie les hace.”
Texto: Marjolein te Winkel | Fotos: Reyer Boxem
Konstantin Mierau tuvo su primera conversación sobre literatura con un preso en el año 2017 en la cárcel de La Nueva Imperial, una pequeña ciudad situada al sur de Chile. Durante el largo trayecto en autocar hacia esta remota población, se había planteado cuál sería la mejor manera de abordar una conversación con los reclusos, pero una vez llegado a la cárcel, ya lo había olvidado. Entonces, de forma natural, comenzó preguntando al hombre que tenía delante qué había hecho aquel día. Mierau cuenta: “Me explicó que le había visitado la familia, y que acababa de nacer su tercer hijo.” Mierau, que también había sido padre joven, aprovechó esta ocasión para iniciar una conversación sobre este tema.
Desde hace seis años, Mierau viaja regularmente a Chile, donde ya ha entrevistado a más de cincuenta presos. Muchas veces empieza la conversación con una experiencia o un interés compartido, para así romper el hielo: arreglar coches, ir en moto, los tatuajes, los hijos…. Después, les explica brevemente su investigación y continúa con la pregunta: ¿Qué cuentos te gustaban cuando eras niño?
Muchos presos con los que llegó a hablar durante estos años, habían crecido en el campo de Chile. De niños escuchaban la radio y leían libros de una serie de cuentos infantiles populares. De adolescentes, en la ciudad, veían la tele en el bar e iban al cine. Muchos de ellos no habían comenzado a leer de verdad hasta en la cárcel.
“Si estás preso, dispones de muchas horas al día para leer y ver películas y series”, explica Mierau. “Sin embargo, casi nunca se habla con ellos sobre esto. Yo les hago preguntas que otros científicos casi nunca les hacen: ¿Cuál era tu libro favorito cuando eras niño? ¿Con qué personajes te identificas? Pero también: ¿Cuánto tiempo dedicas a la lectura? ¿Cuántas veces vas a la librería de la cárcel? ¿Ves a otros presos leer y conversáis sobre la lectura?”
Observa que los reclusos se entusiasman cuando se les pregunta sobre sus libros favoritos. “Sus ojos empiezan a brillar cuando hablan de ciertos personajes y cuando explican el impacto que puede tener algún libro en concreto.” Los libros más populares son la serie Los juegos del hambre, y las bibliografías de personas conocidas son populares, por ejemplo, la del narcotraficante colombiano Pablo Escobar. “También tienen mucho interés en libros sobre la Segunda Guerra Mundial. La biblia, también se lee mucho. En las cárceles de mujeres, los libros de Michelle Obama gozan de mucha popularidad.”
¿Cuál es el impacto de la lectura en los reclusos?
Cada entrevista genera ‘una autobiografía sobre el consumo de libros de ficción’; una vida explicada a través de los cuentos leídos, que les inspiran, les permite escaparse de la realidad y les invita a pensar. Nos dan una perspectiva que es apenas conocida en el debate académico. “Se habla mucho sobre cómo están representados los presos en la ficción, y existen numerosos libros sobre su representación literaria. Pero lo que no sabemos, en realidad, es el impacto tiene la lectura sobre estos mismos presos. La ciencia literaria y cultural se practica demasiado desde el seguro mundo de las bibliotecas”, observa Mierau.
La discrepancia entre la gran cantidad de obras académicas sobre lectura en las cárceles y el poco conocimiento sobre las experiencias literarias de los presos fue lo que motivó a Mierau a seguir manteniendo estas conversaciones. “No es fácil entablar una conversación con una persona que tal vez ha matado brutalmente a otros. No me deja indiferente. Pero, opino que los académicos tenemos la obligación de unir. Ésta es mi motivación, y para poder hacerlo bien, debo tener estas conversaciones.”
¿El dinero rápido o el colegio y la formación?
Mierau creció en Berlín en los años ochenta del siglo pasado, no muy lejos del muro que dividía la ciudad. La parte este, la suya, era una especie de cárcel y la parte oeste era una fortificación casi inexpugnable. Quien se arriesgaba a pasar al oeste o incluso se acercaba demasiado al muro, ponía su vida en riesgo. Para escapar de ese entorno ‘bastante asfixiante’, Mierau leía mucho, en casa, durante las vacaciones, en el colegio…. Leer era para él una manera de viajar por todo el mundo mediante las historias y la fantasía. Su abuelo le leía muchas veces fragmentos de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Cervantes, lo que despertaba en él el interés por la literatura en castellano. Tras la caída del muro, cuando Mierau contaba diez años, su familia se fue a vivir a Groninga, en los Países Bajos.
Como migrante procedente del antiguo bloque oriental, es consciente de que el entorno en el que alguien crece puede tener mucha influencia en las oportunidades que se le presentan y en sus elecciones. “Existen diferencias muy marcadas entre los que tienen oportunidades y los que no. Estas diferencias ya existían cuando yo era joven entre la Alemania Oriental y la Occidental, pero también existen aquí, en Groninga, aunque aquí no hay ningún muro. Importa si creces en el barrio de Lewenborg o en el pueblo de Haren.” Mierau también sabe lo que es crecer en un entorno ‘en el que hay tentaciones que tiran de ti’, que hacen que puedas meterte en problemas o ser expulsado del colegio, y te obliga a plantear la cuestión: ¿elijo el dinero rápido o el camino difícil del colegio y la educación?
Tras unas andaduras, eligió hacer una carrera universitaria, y empezó en 2003 con un grado en filología hispánica en la Universidad de Groninga. Tras el máster de investigación, un doctorado y seis años como profesor asistente, se convirtió el año 2021 en profesor asociado de Lenguas y culturas europeas. Además de trabajar en investigación, da clases a estudiantes del grado Lenguas y culturas europeos, es director del programa de la Graduate School for the Humanities y director de la Federation of Graduate Schools in the Social Sciences and the Humanities.
Programas de lectura en las cárceles
¿Qué hace que unas personas elijan el colegio y los estudios, y otras entran en el mundo criminal? Y, sobre todo: ¿Qué podemos hacer para unir ambos grupos y qué papel podría desempeñar la literatura? Éstas son las preguntas que son el catalizador detrás de la investigación de Mierau. Los conocimientos y las percepciones adquiridas durante sus conversaciones con presos le permiten aprender cómo la literatura puede ser un medio para llegar a la persona, y también cómo la literatura puede ser utilizada para desarrollar las habilidades sociales.
“Sabemos que los libros en los que un personaje experimenta una evolución, son muy aptos para desarrollar la capacidad de ponerse en el lugar otros (la empatía) y que esta capacidad puede ayudar a que disminuya la conflictividad. Entonces, leyendo una historia e identificándote con los personajes, aprendes a reflexionar sobre tu propio comportamiento. Pero, también sabemos que esto sólo ocurre si el lector realmente queda absorto por el texto. Los textos en los que tú o yo somos capaces de “perdemos” tal vez no son los mismos que para alguien que ha tenido un conflicto enorme con la sociedad. ¿Qué es lo que funciona para ellos? No se sabe hasta que se les pregunta.”
Con las respuestas a estas preguntas, Mierau busca desarrollar programas de lectura que ayuden a los presos en su reinserción en la sociedad, y que se incluyan aquellas obras que realmente tienen impacto y que les gusta leer. “Finalmente, el gusto por la lectura es la base para elegir cualquier libro. No descubres lo que la lectura te aporta hasta que abres un libro.”
Mierau tiene la intención de montar, en un futuro próximo, un centro de investigación sobre la presencia de la cultura en las cárceles, desde donde pretende organizar reuniones y fomentar el intercambio de ideas. “Mi investigación se mueve en la frontera entre la ciencia de la cultura y la sociología. Sin embargo, todos los conocimientos adquiridos durante los últimos seis años me permiten ahora relacionar ambos ámbitos y entablar un debate académico sobre el impacto que los textos tienen sobre lectores de distintos orígenes y entornos.”
ScholierenacademieEste enfoque inspiró a Konstantin Mierau a desarrollar el proyecto educativo ‘Lezen onder de Loep’ (Leer bajo la lupa) sobre literatura, destinado a las escuelas secundarias de los Países Bajos. Junto con la Scholierenacademie de la Universidad de Groninga desarrolló un proyecto sobre educación literaria en la escuela secundaria. "La idea es que los alumnos entrevisten a compañeros sobre los personajes de un libro y se planteen preguntas como: ¿Qué es lo que atrae en una historia, con qué personajes te identificas? De esta forma surge una conversación que va más allá de la historia y de los personajes, porque se centra también en el impacto que puede tener la lectura. Sabemos que las personas, y sobre todo los jóvenes, leen cada vez menos. Es importante ofrecer a los jóvenes, al menos cierta alfabetización cultural". |
Last modified: | 02 May 2024 1.04 p.m. |
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